lunes, 6 de septiembre de 2010

cómics en Colombia


Historia

En sus inicios consistió básicamente en una imitación del cómic estadounidense y mexicano que sirvió para familiarizar al público en esta peculiar forma de comunicación. Aunque lenta e intermitentemente, sólo empezó a desarrollarse a partir de los años 1960 con trabajos como los de Ernesto FrancoCarlos Garzón o Jorge Peña entre otros y posteriormente se le sumarían diversos dibujantes en las siguientes décadas. Pese a ello, la historieta colombiana ha sido relegada a la sombra en beneficio de la literatura y del humor gráfico (sobre todo de tipo político). La idea de que el cómic no es otra cosa que un escalón hacia la "literatura seria" ha hecho que se hayan perdido muchos años y talento. Además, como en muchas partes del mundo, una buena parte de los aficionados y creadores del momento se han entregado al estilo manga sin que su trabajo logre trascender la simple imitación. Actualmente, los creadores colombianos siguen luchando por encontrar una voz que los identifique entre las corrientes foráneas que los rodean.

[editar]Orígenes (1924-1960)

En 1924 surge Mojicón, una historieta que fue una adaptación de la tira estadounidense Smithy. Su autor, Adolfo Samper, la publicaría en el periódico independiente Mundo al Día hasta 1930. Con el tiempo, este mismo autor publicaría en 1943 otras historietas como Misiá Escopeta y Don Amacise con relativo éxito en el periódico independiente Sábado en la segunda sección. También se editan las revistas infantiles Merlín (1940), Michín (1945) y Pombo (1948).

[editar]Un tardío desarrollo (1962-1978)

En los años sesenta, surgen nuevos autores como Ernesto Franco, célebre por su trabajo en la tira de prensa "Copetín" desde 1962 hasta 1994, la cual marcó un nuevo comienzo para las tiras cómicas nacionales porque tuvo una fuerte aceptación entre los lectores y quedaría marcadas en la memoria colectiva del país al punto de convertirlo en el símbolo de la historieta nacional. En sus viñetas, Franco, se dedicadaba a narrar la vida cotidiana de los habitantes de las calles de Bogotá desde el punto de vista de un gamín, termino que se le designaba al niño habitante de calle de la época.
Por su parte, Carlos Garzón publicaría Calarcá (1969), una historieta inspirada en las narraciones coloniales que Fray Pedro Simón hizo del cacique indígena. Algunos años después, Garzón es reclutado por Al Williamson para que se vaya a trabajar para el mercado estadounidense, donde llegaría a realizar series como la adaptación a historieta de Star Wars y Flash Gordon. Por su parte, la tira dedicada al héroe indígena quedaría a cargo de Jorge Peña. Para esa última década, también se destacan personajes de origen autóctono creados por otros autores como La Gaitana (1970) de Serafín Díaz , Ibana de M. Puerta/Mc Cormic, Teniente Colombiano y El Castillo de los Frailes

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